En busca de la Rosa de Alejandría.
Segunda excursión a la que asisto organizada por los amigos del idioma portugues. Habíamos queda temprano para salir a corretear por la sierra de Alor, y ver las famosas peonías (Paeonia lactiflora) o rosa de Alejandría, una planta endémica de esta sierra.
Cruzamos San Jorge por la calle Amadeo Rodríguez Magro, saliendo por un camino al norte; pasamos por el delante del Cortijo de la Nave y a la derecha de nuestro camino en una loma de 380 m. se divisa la Atalaya de S. Jorge, de origen medieval y uno de los hito de la defensa de la plaza fuerte de Olivenza.
Después de 2,5 km por un camino llano torcemos al sur para llegar al cortijo Pozo del Caño, cruzando la carretera a Olivenza. 
Cerca del principio del camino, me encuentro con esta "naturaleza muerta", que ensucia innecesariamente un recorrido tan ecológico con sus desechos.
Desde aquí empieza la ascensión, que poco a poco, por
caminos en buen estado y veredas estrechas,
nos van subiendo hasta la Fuente de Val do Gral. como a unos 5km del cortijo.
nos van subiendo hasta la Fuente de Val do Gral. como a unos 5km del cortijo.
Por el camino
Fuente del Val do Gral.
Ya estamos cerca del Mirador que tiene una altura de 611 m. y desde donde se divisa la magnífica vista de la Sierra Monte Longo y su valle.
De vuelta bajamos hacia S. Jorge de Alor, por otro camino, más corto que el de subida y donde nos espera una paella, organizada, como toda la excursión por Eduardo Machado.
El total de la excursión es alrededor de 14km. y después de la subida se agradece el arroz y el descanso.
Junto a otro compañero de excursión, al bajar, nos perdimos al ponernos a
fotografías las peonías, aquí y acullá, deshaciendo la hilera de los excursionistas y como el monte es intrincado y vasto, pues cogimos un sendero equivocado que nos retornó al mismo camino de subida, más alejado de San Jorge.
Esto nos dio pie a encontrarnos con un amable pastor, que montado en su pollino, nos indicó una trocha, la del Cura, que acorta bastante el camino tan equivocado que llevábamos. El amigo es conocido como "El pastor del monte".
Junto a otro compañero de excursión, al bajar, nos perdimos al ponernos a
fotografías las peonías, aquí y acullá, deshaciendo la hilera de los excursionistas y como el monte es intrincado y vasto, pues cogimos un sendero equivocado que nos retornó al mismo camino de subida, más alejado de San Jorge.
Esto nos dio pie a encontrarnos con un amable pastor, que montado en su pollino, nos indicó una trocha, la del Cura, que acorta bastante el camino tan equivocado que llevábamos. El amigo es conocido como "El pastor del monte".
